Área de Patrimonio Bio-cultural Indígena

Así mismo, cuenta con el apoyo de organizaciones internacionales como el IIED (Internacional Institute for Environment and Development) del Reino Unido. Su manejo se halla en manos del comité Pro-Parque Espiritual Vilcanota con apoyo de la Asociación ANDES. Este manejo se basa completamente en sistemas de gobernanza local. Las comunidades del Parque forman la Asamblea General del Comité PRO – PARQUE ESPIRITUAL DEL VILCANOTA, que es la instancia de toma de decisiones. Cada comunidad es representada en el Comité por sus respectivos Presidentes Comunales. Los presidentes comunales más el Alcalde del Centro Poblado Menor de Tinki eligen a la Junta Directiva del Comité Pro Parque Espiritual que se constituye en la instancia de gestión, cuyo personería jurídica está inscrita en los registros públicos de Cusco. Esta organización fue fundada un 31 de enero del año 2003 en el Centro Poblado de Tinki con la participación de más 150 delegados campesinos y su primer presidente es actualmente el Alcalde Campesino del mencionado centro poblado.

Un Sitio Natural Sagrado

Partiendo del hecho que los ecosistemas no pueden ser entendidos, conservados ni manejados sin el mantenimiento de las culturas que las han modificado, creado y recreado y como respuesta a las amenazas y cambios externos, en día 6 de Diciembre de 2004, las comunidades Quechua de Q’eros y Ausangate crearon el Parque Espiritual Vilcanota como el primer Sitio Natural Sagrado del Perú. Este modelo de protección reconoce que la diversidad biológica y cultural se halla en una relación de mutua dependencia y reforzamiento, y que ambos son esenciales para la continuidad tanto de los sistemas sociales como ecológicos. Esta iniciativa, liderada por las comunidades mismas, está siendo implementada con ayuda de agencias gubernamentales como el CONAM y el INRENA.

El Carácter Sagrado Del Área

El paisaje natural de la región Vilcanota ha sido protegido por mucho tiempo por las comunidades mismas a través de sus prácticas culturales y su incorporación en los sistemas cosmológicos que otorgan a elementos biológicos significado espiritual y simbólico. Sitios de valor espiritual (como grutas, montañas, ríos, lagos, hasta ecosistemas enteros) han permanecido en su estado natural o casi natural debido a las restricciones de acceso que estas creencias implican. Así, los sitios naturales sagrados, con poca inferencia por parte de la actividad humana, proveen santuarios para especies amenazadas y podrían servir como piscinas genéticas potenciales, para recuperar ecosistemas degradados.